AULA 31

Bitácora de LITERATURA y LENGUA (… y otras "hierbas" educativas y sociales )

CRUZANDO EL UMBRAL 30 agosto, 2007

Filed under: LITERATURA — ciervalengua @ 6:45 pm

Acaba de fallecer el maestro del periodismo, Francisco Umbral. Gafas de pasta, bufanda blanca, voz profunda y una fama de una persona «un tanto borde», dieron una imagen inconfundible de Umbral, que se formó como periodista en Valladolid, en El Norte de Castilla de Miguel Delibes, y a comienzos de los años 60 volvió a Madrid, donde había nacido, para cumplir su sueño de pertenecer al mundo literario.

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Con más de 100 libros publicados y un millar de artículos periodísticos, Francisco Umbral obtuvo los más prestigiosos galardones literarios, entre ellos el premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1996 y el Premio Cervantes del 2000.

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Su obra literaria cumbre es la titulada «Mortal y rosa», pieza magistral de la prosa narrativa contemporánea, que refleja un año de la vida del propio autor, cuyo hijo murió a los cinco años. Cuando la leí subrayé algunas frases que me gustaron y que os ofrezco para que las podáis leer y releer para sacarle todo su jugo:

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-Hay una época de la existencia en que uno decide ser sólo sus sueños…

– El hombre es un ser de lejanías… El hombre tiene que aprender a ser criatura de cercanías, pastor de lo inmediato.

– La juventud es una divina vulgaridad. Los años estilizan, aristocratizan, dignifican un poco, y llegan incluso a individualizarnos.

– El escritor tiene que dejar pasar la luz del mundo sobre la cuartilla, el sol sobre la escritura.  Casi todos los escritores estorban a su obra, están delante de ella, echan su sombra de sombrones encima de la prosa.

– Puedo abrir un libro y encontrarme dentro de él, porque uno no es sino la señal de lector puesta entre las páginas de la novela de la propia vida.

– Los árboles son violines cuya música es el azul del cielo… Somos el interior de una lentísima manzana cayendo silenciosamente en el tiempo.

-Hace falta mucha fe en la vida para suicidarse. El suicidio es la máxima afirmación de la vida.

– Las teologías ¿son una explicación o una construcción de Dios? Dios, ya digo, es una cuestión de estilo, y a mí, en eso, me ha fallado el estilo.

– La filosofía, el arte, las ideas y la belleza no son sino treguas entre enfermedad y enfermedad. Y las enfermedades no son sino treguas de la muerte.

– Y un último fragmento, al morir su hijo:  »  Sólo encontré una verdad en la vida, hijo, y eras tú. Sólo encontré una verdad en la vida y la he perdido. Vivo de llorarte en la noche con lágrimas que queman la oscuridad. Soldadito rubio que mandaba en el mundo, te perdí para siempre. Tus ojos cuajaban el azul del cielo. Tu pelo doraba la calidad del día. Lo que queda después de ti, hijo, es un universo fluctuante, sin consistencia, como dicen que es Júpiter, una vaguedad nauseabunda de veranos e inviernos, una promiscuidad de sol y sexo, de tiempo y muerte, a través de todo lo cual vago solamente porque desconozco el gesto que hay que hacer para morirse. Si no, haría ese gesto y nada más…» 

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Y el 28 de agosto de 2007, a los 72 años, hizo el gesto definitivo. «Mortal y rosa», una pequeña joya en cada una de sus páginas, en cada una de sus líneas. 

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